Para el pescador que prefiere aun mayor diversidad, intimidad y una pesca de salmónidos todavía más alternativa y de calidad, la provincia de Teruel y sus truchas satisfarán sus inquietudes. Ríos como el Jiloca, Guadalope o Guadalaviar merecen dedicar unas jornadas pescando para perderse en su entorno natural, diferente al pirineo pero que conserva la misma excelencia en pesca.
El Bajo Aragón
El Embalse de Calanda, en el río Guadalope, se enmarca en un bello paraje de sierras y bosques muy accesible. Aguas arriba del río Guadalope se halla antes el Embalse de Santolea junto a Castellote, ya en el Maestrazgo. Formas geológicas inverosímiles crean hermosos rincones para disfrute de la vista con zonas de baño y amplio espacio para la pesca.
Al lado de Alcañiz surge el humedal endorreico de la Estanca de Alcañiz, lugar de interés natural para observar aves acuáticas desde sus pinares de repoblación. La propia villa de Alcañiz merece una visita por sí misma debido a su rico pasado histórico. El castillo de los Calatravos, su preciosa plaza esquinada por el Ayuntamiento renacentista con lonja y arcos apuntados o su enorme Colegiata con una imponente torre campanario son notables ejemplos de este pasado.
Sierra de Albarracín
En el corazón de los Montes Universales nace el río Guadalaviar, el cual ha sido referente nacional en la pesca de la trucha dada la abundancia y calidad de sus ejemplares. Esta sierra también esconde sorpresas como los ríos de bloques más largos del mundo. Dichos ríos son acumulaciones de bloques de cuarcita alojados en el fondo de valles. Se han formado por la acción del hielo-deshielo que fue provocando que se movieran de forma longitudinal.
Otros atractivos del territorio
El arte mudéjar, declarado por la UNESCO Patrimonio Mundial, se extiende por todo Aragón pero es principalmente en la ciudad de Teruel donde se reúnen los principales monumentos de esta espléndida y armoniosa arquitectura.
También en Teruel se encuentra el parque temático dedicado a los dinosaurios, Dinópolis, que cumplió en 2011 diez años mostrando de forma lúdica y cultural las huellas y restos arqueológicos que han hecho de esta zona de Aragón uno de los paraísos de los paleontólogos. Pero Dinópolis no es sólo su parque en Teruel, también se extiende por su provincia con una ruta paleontológica que incluye varias localidades de la provincia.
Muchos de sus pueblos son auténticas joyas de la Edad Media como es el caso de Albarracín, parada inolvidable en la agenda del visitante.
Teruel exhibe la exuberancia y diversidad sorprendente de su naturaleza. De las serranías de Albarracín a la suavidad de los llanos sembrados de olivos de la comarca de Alcañíz. De los broncos picachos del Maestrazgo a esa aparente calma del Bajo Aragón, que se quiebra violentamente con el indescriptible estruendo de la Semana Santa en las villas de la Ruta del Tambor y del Bombo. La Semana Santa de esta Ruta ha sido declarada de Interés Turístico Internacional.
El Maestrazgo y el Matarraña son otros ejemplos de la belleza de Aragón, con pueblos de ensueño que han sido declarados Conjuntos Históricos como Cantavieja, Mirambel, La Iglesuela del Cid, Calaceite, Beceite o Valderrobres entre otros. También los amantes del esquí tienen en Teruel dos estaciones, Valdelinares y Javalambre donde practicar su deporte favorito.