En las montañas del Pirineo el pescador disfrutará de ríos caudalosos de origen glaciar como río Ara, que se mantienen sin regulación o presa alguna y todavía en un estado virgen. Ríos de todo tipo e ibones de alta montaña en los que se pueden pescar salvelinos (Salvelinus fontanalis) o auténticas truchas (Salmo truta fario) con un comportamiento totalmente natural.
La Noguera Ribagorzana
Este río pirenaico hace de límite entre Aragón y Cataluña, que comparten los embalses de Canelles y de Santa Ana. El paisaje es agreste y forma abrumadores congostos como el de Montrebei, con paredes de 350 metros de altura y solo 20 de anchura. Muy cerca se puede visitar el Monasterio de Alaón en Sopeira, interesante ejemplo de estilo románico lombardo. El conjunto medieval de Montañana, muy bien conservado, con sus calles, murallas y edificios de indudable sabor nos hacen imaginar la vida en el antiguo condado aragonés de la Ribagorza.
Baserca
El coto deportivo de Baserca, situado en el embalse de Baserca (también llamado embalse de Senet) se encuentra en el río Noguera Ribagorzana, a pocos kilómetros al sur del túnel de Viella. Rodeado de cimas que superan los 3000 metros, entre ellas el pico de Molieres y los Besiberri, sirve como regulador de las aguas del río Noguera Ribagorzana cerca de su cabecera y de otras barranqueras, entre las que destaca el río Salenca. La pesca se centra exclusivamente en la trucha.
Embalse de Escales
Creado por una presa situada entre los municipios de Tremp y Sopeira, este embalse sobre el río Noguera Ribagorzana ofrece un agua cristalina y recovecos de roca y agua ideales para practicar todo tipo de deportes náuticos y actividades lúdico-deportivas como la pesca, el esquí acuático y el piragüismo, entre otros.
Embalse de Mediano
Situado en el término municipal de La Fuerva es uno de los mayores embalses de Aragón. Su presa se apoya en los materiales calizos que forman el estrecho de El Entremón en el río Cinca, a pocos kilómetros de la cola del embalse de El Grado. Distintas empresas de deportes de aventura de Sobrarbe ofrecen embarcaciones deportivas y de recreo en el entorno de la Torre de Mediano, campanario de la iglesia que emerge, y del cañón del Río Usía. Este campanario se ha convertido en un singular punto de buceo en aguas interiores aragonesas.
Embalse del Grado
Además de centro vacacional que da acceso al pirineo de la comarca del Sobrarbe, El Grado, que embalsa las aguas del río Cinca, puede ser una excusa perfecta para acercarse a la Sierra de Guara, que combina la espectacularidad y belleza de sus famosos cañones y barrancos con localidades de indudable atractivo como Alquézar, Barbastro o Monzón.
El embalse de Yesa
Al pie del Pirineo y uniendo Navarra con Aragón, recoge las verdes aguas del río Aragón dejando asomar en Tiermas los restos de un antiguo balneario decimonónico de aguas cálidas ya conocido por los romanos. Llamado a veces el mar de los Pirineos, da acceso a los valles aragoneses de Hecho y Ansó por el norte y por el sur, a la comarca de las Cinco Villas, con las villas románicas de Sos del rey católico y Uncastillo, conjuntos medievales de calles empedradas, casas palaciegas e iglesias románicas que invitan a perderse por su mapa sintiendo el recuerdo de épocas pasadas.
El Gállego
En el corazón del Pirineo central el río Gállego concentra sus aguas en el Embalse de Búbal. Con las espectaculares vistas de la sierra Tendeñera hacen del lugar un paraíso para la práctica de la pesca.
El reino de los Mallos es otro rincón prepirenaico creado por el río Gállego. Los Mallos de Riglos y de Agüero son formidables formaciones rocosas de conglomerados de hasta 300 metros que vigilan el valle como gigantes custodios, dando cobijo a importantes colonias de buitres y otras rapaces. Muy cerca se debe visitar en Castillo de Loarre, la fortaleza románica mejor conservada de Europa, escenario del rodaje de varias películas y un evocador lugar para sentirse un caballero medieval.
Arguis
Cercano a Huesca encontramos el pantano de Arguis en el río Isuela. Éste un buen acceso a la sierra de Guara desde su lado occidental y al embalse de Badiello, en el cauce del río Gautizalema, dos enclaves prepirenaicos en un paisaje de transición entre las altas cumbres y el valle del Ebro. Entre ambos conviene acercarse al Salto de Roldán, donde se dice que el legendario caballero franco salto de una peña a otra de forma portentosa cuando huía de sus enemigos.
El embalse de la Sotonera
Es un centro de actividades acuáticas y de observación de aves muy cercano a Huesca. Por ellos no debe dejar de visitarse esta ciudad orgullosa de su pasado. En Huesca quedan como vestigios de mayores glorias la iglesia de San Pedro el Viejo, joya del románico aragonés y el Ayuntamiento renacentista, ambos en su agradable casco antiguo.
Otros atractivos del territorio
Los Pirineos componen una de las ofertas más atractivas de la Comunidad. Tierra de elevadas montañas en la zona más escarpada del Pirineo central. Maravillosos valles abiertos a las llanuras del sur, riqueza artística en sus templos, monasterios y gallardos castillos. La naturaleza y el arte se enlazan en la más serena armonía. Las estaciones de esquí de Candanchú, Astún, Formigal, Panticosa y Cerler aportan entre todas la mayor superficie esquiable de España, con la última tecnología en remontes e innivación artificial, y que en verano ofertan múltiples actividades de turismo deportivo.
Valles como Hecho, Ansó, Canfranc, Tena, Pineta o Benasque, entre otros, o el esplendoroso entorno del Balneario de Panticosa, y ya en el prepirineo, las Cinco Villas, el Somontano de Barbastro y la Hoya de Huesca, ofrecen la posibilidad de las más atractivas excursiones.
La comarca de Sobrarbe cuenta con el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y dos Parques Naturales (Posets Maladeta y Sierra y Cañones de Guara), además de infinidad de rincones bucólicos, especiales y algo mágicos.
El Geoparque Mundial UNESCO de Sobrarbe-Pirineos coincide exactamente con el territorio de la Comarca de Sobrarbe. El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, declarado además Patrimonio de la Humanidad, al igual que otros espacios naturales protegidos, forman parte de una gran diversidad de hábitats que se extienden por todo el territorio.
Huesca capital ofrece los tesoros de su catedral gótica y del claustro románico de San Pedro el Viejo. Jaca la riqueza de su catedral románica. Y restan todavía auténticas joyas como San Juan de la Peña, Santa Cruz de la Serós, San Pedro de Siresa, Roda de Isábena, las pequeñas y encantadoras iglesias del Serrablo o el magnífico castillo de Loarre, como señeros ejemplos del mejor románico, tan ligado al discurrir del Camino de Santiago por Aragón. Bellos cascos urbanos como los de Aínsa, Alquézar, Hecho, Ansó, Jaca, Montañana o Roda de Isábena, entre otros muchos, hacen que el acervo turístico de Huesca sea prácticamente inagotable.
Centros de interpretación, museos y parques de ocio distribuidos por todo Aragón ayudan a descifrar las huellas de la historia y son motivo de diversión para toda la familia (Lacuniacha, Dinópolis, Monasterio de Piedra, etc)